Gastronomía tabarkina (de hieracon.it) en Carloforte

En Carloforte todos hablan de mar y tradición, su cocina vive entre una alquimia de sabores y antiguas costumbres, que funde sus productos rigurosamente frescos y una cocina que es parte integrante y insustituíble de la cultura local. Perdura el recuerdo norteafricano con el cus-cus y el ligurés con sus pastas y salsas típicas.

Un plato para los grandes eventos, rimenescente del transcurso norteafricano, es el cuscús (también llamado cascá). En este caso, la semola es un poco más dulce que el tradicional plató magrebí, adaptándola al gusto de allí.

De Liguria la cocina tabarquina ha mantenido la preponderancia del pesto, de la foccacia (pan plano típico), de la panissa (otro tipo de pan) y de la fainò (pasta parecida al gazpacho hecha a base de harina de garbanzos). En cualquier pizzería del pueblo los podemos encontrar. Los primeros platos con una base de pasta hecha artesanalmente son una bondad para el paladar: curzetti (pasta típica de la cocina liguresa en forma de 8), maccaruin, raïo, cassulli y trofeitte (pasta en forma de espiral de 5 colores generalmente), todos atabiados con deliciosas salsas negras de sepia, o a la langosta o al pesto.

Pero en la cocina carlofortina lo que prevalece es el pescado: espléndidas parrilladas de dorada, déntol, salmonetes y emperador; o el guiso de pulpo con guarnición de patatas. La competición es dura si también comparamos un plato de cassolla (sopa de pescado) que es para un carlofortino lo máximo que nos puede ofrecer el mar. Los más exigentes pueden degustar una delicada langosta a la Carlofortina, antes precedida de un buen plato de espaguetis al sugo di cicala (salsa de cigala).

El rey por excelencia, según podemos leer en hieracon.it, de la gastronomía tabarquina es el atún, en torno a este pescado han proliferado muchas recetas de cómo comerlo en Carloforte.

A continuación podemos ver algunas de las propuestas más típicas de la cocina carlofortina:

- Antipasto ai sapori di tonno (Antipasto a los sabores de atún). El antipasto (en italiano ‘antes del plato principal’; plural antipasti) es el primer evento culinario antes de servir la comida de un restaurante italiano tras servir el pan y el vino.

- Cascà (cus cus).

- Mousse di ricotta con bottarga di tonno, favette e fagiolini (Mousse de queso fresco con hueva de atún, habas y frijoles).

- Linguine al tonno con capperi, olive e pecorino (Linguine al atún, alcaparras, olivas y queso de oveja).

- Spaghetti alla bottarga

- Spaghetti alla tabarkina 400 gr de espaguetis - 100 gr de atún en aceite de oliva - 100 gr de salsa de tomate - 1 cucharadita de alcaparras en vinagre - 2 dientes de ajo - 3 filetes de anchoa - 50 gr de aceite extra de oliva - olivas negras deshuesadas - 1 manojo de albahaca - sal a gusto. Desmenuzar en láminas el atún, triturar las alcaparras, ajo, anchoas, olivas y la albahaca, para depositarlo todo en una cacerola que contiene el aceite que se ha ido calentando lentamente, después se le añade la salsa de tomate. Se continúa cociendo hasta que se reduzca la salsa de tomate, entonces se cuecen los espaguetis y se vierten en la cazuela junto a la salsa, mezclándolo todo para servirlo.

- Fazzoletti di seta

- Risotto alla Hieracon

- Bobba

- Trofiette di Carloforte con sugo di cernia al profumo di zafferano (con caldo de mero y salsa de azafrán).

- Tonno a la carloforina

- Maialeto a lo spiedo

Etc.





Resumen algunas noticias publicas en el diario La Nuova Sardegna

Diciembre 2.009 - Las partes que componen el mosaico de la Historia tabarquina, se ha recompuesto en Pegli (Génova), la cual tiene inicio en el año 1.500. Un "todo" hecho de viajes, comercios, asidios y esclavitud que, desde las primeras colonizaciones genovesas del islote tunecino de Tabarka llevó, dos siglos después, en el año 1.700, al nacimiento de Carloforte, Calasetta (Italia) y Nueva Tabarca (España). En el Museo Naval de Pegli tuvo lugar la convención "Génova y Túnez en comparación).

Abril 2.009 - Visita a Carloforte y Calasetta por parte de una delegación popular de Nueva Tabarca.

Julio 2.010 - Calasetta. El pueblo tabarquino llama a la puerta de la UNESCO para conseguir un reconocimiento oficial, sostenido en el hermanamiento entre los cinco pueblos mediterráneos que lo conforman (Pegli, Tabarka, Carloforte, Calasetta y Nueva Tabarca). Esta nueva apuesta se ha escrito en Calasetta durante el Congreso Internancional de Estudios "La realidad tabarquina ayer y hoy", organizado por el "Comune" en colaboración con la Provincia di Carbonia Iglesias y la cooperativa Millepiedi. Se celebraba a su vez el 240 aniversario del nacimiento de Calasetta, en 1.770, obra de un asentamiento de expatriados tabarkinos tunecinos, los cuales en 1.738 ya habían dado vida a Carloforte, en la vecina isla de San Pietro, una isla en el suroeste de Cerdeña. De entre los diferentes conferenciantes se encontraba el historiador e investigador Tonino Cipollina, junto un conjunto de compañeros que intentaron desdeñar las principales características de la llamada "tabarchinità", desde que el 1.540 emigraran desde Pegli un grupo de familias encabezadas por la familia Lomellini rumbo a Tabarka.

Agosto 2.010 - Estrechamiento en las relaciones entre la isla de San Pietro (Carloforte) y Génova gracias a los libros, una inicitiva que parte de la asociaciones "A Màina" y Pro-Loco. En esta ocasión se revisaron obras como "La tragedia del Fusina".


San Pietro y Carloforte


Ver mapa más grande



"Inosim" para los fenicios, "Insula Accipitrum" para los romanos e "Ieracon Nesos" para los griegos, son algunos de los nombres que a lo largo de la Historia ha ido tomando la isla de San Pietro (Carloforte), una pequeña isla ubicada en el suroeste de Cerdeña, un asentamiento "tabarchino".

La isla "tabarchina" de San Pietro, inmersa en el Golfo de Palmas, tiene ubicada en el centro de la isla el pueblo de Carloforte (con 6.300 habitantes actualmente), en el que destaca el colorido de sus casas, se aparece a los ojos del viajero como un trozo de la Liguria trasplantado en Cerdeña. Sus costumbres, hábitos, un dialecto ligurés (el tabarquino, extinguido en la Isla de Nueva Tarbarca en España pero vigente en los demás asentamientos), y las formas de vida que se han mantenido a lo largo del paso del tiempo. De hecho, es un hecho histórico relativamente reciente su repoblación y la misma fundación de Carloforte en 1.738 (tras la adquisición de Cerdeña por la Casa de Saboya, en 1720), la inmigración que hizo posible esto fue una colonia genovesa que tuvo que huir de la isla de Tabarka en Túnez, misma colonia que se asentó en Calasetta, frente a la isla de San Pietro, en Nueva Tabarca y Torrevieja en España.

Carloforte se construyó siguiendo un patrón de asentamiento de la población muy ordenado y de ensanches rectangulares.

Se puede ver más a cerca de estos pueblos en los siguientes enlaces:

http://www.hieracon.it/

http://www.isoladisanpietro.org/

Gastronomía

Cocinar bien, cocina tradicional (alicantina) - Enlace

Tabarca, en manos de nadie

Artículo recogido del diario La Verdad de Alicante, el 11 de abril de 2.010.


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Tabarca, en manos de nadie

Sólo quedan 72 vecinos en la única isla habitada de la Comunitat y los siete organismos que mandan no se ponen de acuerdo para evitar que se convierta en otro chiringuito de la Costa Blanca

11.04.10 - 01:49 -
El censo ha caído un 42% en cinco años. Dependiente de Alicante, el plan especial de protección lleva 16 años tramitándose. «El futuro de la isla está muy negro», dicen los tabarquinos. Sus aguas cristalinas son, junto al caldero, los grandes reclamos que dejó Carlos III -fue quien ordenó repoblarla en 1769 con familias de origen genovés rescatadas de la isla tunecina Tabarka-, un islote que se convirtió en la primera Reserva Marina de España (1986), que fue declarado Bien de Interés Cultural y, además, Zona Especial de Protección de Aves sigue siendo un desconocido para muchos ciudadanos de la Comunitat. ¿Pero está para venderse? Muchos opinan lo contrario.
Tomás Arques Chacopino, un tabarquino que está a punto de cumplir 74 años, asegura que ya «no tiene salvación». Su vecino Manuel Montalbán añade que es un «timo» porque, al final, lo único que se ofrece al turista son sus aguas cristalinas y su famoso caldero. Y Régine Dagoret, francesa y afincada también en Tabarca, es otra de las que se muestra indignada: «Es una vergüenza lo que están haciendo». Tal es su enojo y su rechazo a cruzarse de brazos, que ha enviado una carta hasta los Reyes de España, apelando a su antepasado de Carlos III, para explicarles el abandono en el que se encuentra esta joya que tiene todos los visos de convertirse en un chiringuito más de la Costa Blanca.
Dependiente administrativamente del Ayuntamiento de Alicante y situada a sólo tres millas del Cabo del municipio de Santa Pola, la maleza y los escombros campan a sus anchas, junto a las gaviotas y los gatos, que ronronean alrededor de las bolsas de basura. El constructor Antonio Chacopino, de 45 años, y otro de los que lleva en la isla «toda la vida» lo define muy bien: «Es como cuando en una casa barren, pero la pelusilla la esconden debajo de la cama. Aquí pasa lo mismo. Limpian el centro de las calles pero lo van dejando todo por los lados y los rincones». Unas callejuelas que con imaginación bien podrían recordar a las de Pedraza (uno de los pueblos medievales perteneciente a Segovia y mejor conservados de toda España). La realidad en l'Illa es bien distinta: obras en el puerto, calles sin empedrar, reforma de la iglesia paralizada y más matorrales y escombros por rincones que no dejan al turista ni acceder a muchas calas ni descubrir lo que fue antaño el islote. Muchos organismos públicos implicados y ninguno mete mano. Es lo que ocurre en las empresas en las que quieren mandar demasiados jefes: Cultura, Patrimonio, Costas, Ayuntamiento de Alicante, Turismo... Da la impresión de que desconocen lo que en realidad tienen. «Aquí los políticos sólo vienen cuando se acerca el verano. Limpian un poquito, se hacen la foto y se meten un buen caldero», comentan.
El alcalde de la isla desde hace quince años, Cayetano García Ruso, reconoce que el futuro «está muy negro». El censo ha bajado más de un 42% en cinco años y a fecha de 2009 sólo 72 vecinos -38 hombres y 34 mujeres- estaban empadronados. Recuerda que queda bien lejos aquella época cuando existían dos escuelas: una de chicas y otras de chicos, que después se convirtieron en un centro mixto. Fue hace unos 40 años. Ahora, la mayoría de los tabarquinos pasan el duro invierno en Alicante o en Santa Pola para regresar cuando empieza la temporada. Es lo que hay. «La gente joven no quiere estar aquí y al final será como otros sitios de playa, que sólo estaremos cuando comience la temporada». ¿Y si se fomentase el empleo? «Es muy difícil», contesta. «En construcción, por ejemplo, sólo hay trabajo para hacer unas cuantas casas», apunta.
El plan especial de protección comenzó a tramitarse hace 16 años. Prácticamente el tiempo que García lleva de alcalde. «Es que hay siete organismos y cada uno pone sus objeciones», explica. El último varapalo a la ordenación de Tabarca fue a finales del pasado mes de febrero. La Generalitat propuso otros cambios al documento que impiden empezar a pulir una isla que está sin rey ni mando. Aun así, justifica que se están haciendo cosas. Dice que las obras del puerto están a punto de concluir, que ya se ha dado el visto bueno al empedrado de las calles y que la reforma de la iglesia se retomará en octubre cuando salga el nuevo concurso de adjudicación. «Es que también ha sido mala suerte».
La iglesia de San Pedro y San Pablo es otro de los enclaves imposibles de visitar. Cerrada a cal y canto, la empresa que llevaba las obras quebró. Y desde entonces, el material de construcción está abandonado. Las imágenes de los santos se guardan hace seis años en la Cofradía de Pescadores, donde se ha instalado un improvisado altar. El problema es que los pescadores quieren recuperar ya su sede, y algunas tabarquinas, como Loli, hija de Tomás Arques, están preocupadas. «¿Dónde los vamos a dejar?», se pregunta también Vicente López, quien permite que se visite la improvisada iglesia. En un cuartucho se cambia el párroco procedente de Santa Pola. «Esto es una vergüenza». El alcalde asegura que la Cofradía podrá esperar un tiempo más.
Aprobación del plan especial, concluir las obras de la iglesia, y la restauración de las murallas, así como arreglar las bóvedas, hacer el empedrado de las calles, tomar una determinación con el hotel Casa del Gobernador que está cerrado, instalar un servicio de limpieza todo el año y mobiliario urbano, construir un centro social y un plan de esterilización de los gastos son algunas de la reclamaciones apuntadas por Régine. Otros vecinos se conforman con menos: «Si estuviera limpio y pusieran las piedras al suelo...».
Son ya las doce del mediodía. La primera tabarquera procedente de Santa Pola ha salido a las diez de la mañana. Y hay bastantes turistas pese a ser un día entre semana. «¿Qué les parece Tabarca?», se les pregunta a un matrimonio que pasea por las callejuelas. «Es preciosa», responde.
Mientras los extranjeros se hinchan a sacar fotografías de paisajes, ahora la pregunta se le realiza a una guía que ha traído a un grupo del Imserso. Primero titubea: «Se van contentos». Luego se lanza: «También me comentan que la ven abandonada y se quejan por cómo está el suelo». Quiere mantenerse en el anonimato porque «si salgo mi jefe me mata», pero le puede más su amor por la isla. «Es una joya turística. Yo llevo viniendo cinco años y está estancada. Es una pena, ¿por qué no la reforman?, ¿sabéis la historia tan preciosa que tiene?» Una historia que puede poner su punto y final si los jefes no lo remiendan.
Pienso que la isla es un diamante que está sin pulir», afirma Manuel Manzanaro mientras sirve unas cañas de cervera a una pareja de extranjeros que, colorados como tomates, descansa en una terraza. ¿En bruto o embrutecido? «En bruto», asegura. Manuel es uno de los pocos tabarquinos optimistas respecto al futuro de su «l'illa» -tal y como la denominan sus residentes-. Quizás porque es también uno de los pocos jóvenes que se resiste a abandonarla. Tiene 35 años y ha montando una empresa (www.lailla.es) dedicada a la promoción. «A ver si me haces publicidad porque esto es para los de la isla». En los 'tours' donde está vendiendo el legado.
Ver artículo aquí

CENSO DE FLORIDABLANCA (1786-1787)

En el blog "El tiempo de los Modernos" de la Universidad de Alicante podemos ver el Censo realizado por el Conde de Floridablanca de 1.786 y 1.787, en el que se puede ver la población de la Isla durante este periodo. La población total en eso años era de 110 personas -56 hembras y 54 varones-. En 2.009 el censo de la isla indica una población de 72 personas -34 hembras y 38 varones-.


http://blogs.ua.es/eltiempodelosmodernos/2009/02/03/censo-de-floridablanca-1786-1787/

Censo de Floridablanca (1786-1787)

El Censo efectuado entre 1786 y 1787 por orden del conde de Floridablanca, ha sido tradicionalmente considerado el más fiable de todos los de la centuria , utilizándose su información no sólo a efectos estrictamente demográficos, es decir la distribución de la población por sexo, edad y estado civil, sino también como fuente para la evaluación de datos económicos o sociales, ya que ofrece cifras de eclesiásticos, número de hospitales, hospicios y casas de reclusión, y una poco desagregada distribución de la población activa. Sus cifras totales ofrecían poco más de 10′4 millones.

1 Los mejores trabajos sobre el Censo de Floridablanca son las ponencias reunidas en la publicación del Instituto nacional de Estadística con el título La población española en 1787. II Centenario del Censo de Floridablanca, Madrid 1992, Hay ejemplar en BG signatura 946.2B/CON/POB

POBLACION DE LA ISLA DE TABARCA SEGÚN EL CENSO DE FLORIDABLANCA (1787)

VARONES

HEMBRAS

SOLTEROS

CASADOS

VIUDOS

SOLTERAS

CASADAS

VIUDAS

0-7

8

11

7-16

10

13

16-25

1

3

1

25-40

9

10

2

1

10

2

40-50

1

3

2

1

+50

1

7

2

1

7

4

TOTAL

30

20

6

29

19

6

TOTAL VARONES: 56

TOTAL HEMBRAS: 54

TOTAL GENERAL: 110


http://www.procida-family.com

Gracias a Teresa Ruso por esta nueva página con información sobre la Isla y su población en la época de su repoblación en 1.769.


Nos ha descubierto esta web de artículos y documentos entre los que se encuentra la siguiente entrada y los enlaces al primer censo que se realizo en la isla en 1.769:

http://www.procida-family.com

Dentro del apartado de Documentación podemos encontrar los siguientes archivos:
Les Tabarquins de Tunis (1741-1799) http://www.procida-family.com/data/docs/tabarquins.pdf


LA GRANDE FAMILLE DE PROCIDA & ISCHIA




© La Grande Famille de Procida & Ischia [ www.procida-family.com | www.ischia-family.com ]

La isla de TABARCA

Desde la Antigua Tabarka en Túnez hasta la Nueva Tabarca en España

Henri SCOTTO DI VETTIMO

LA NUEVA TABARCA

La isla de Tabarca, hoy muy concurrida por numerosos turistas durante el período estival, es una "Reserva Marítima". Se halla a cerca de 2,5 millas en el sudeste del Cabo de Santa-Pola, a la altura de Alicante. Llamada también Isla Planea en referencia a su aspecto, su longitud aproximada es de 1800 m y su anchura máxima de400 m. Vista por avión, hace pensar en un ocho cuyo centro sería una faja de terreno estrecha.

Desde su repoblación en 1769-1770, es relacionada con la municipalidad de Alicante. En otro tiempo dependía de la municipalidad de Elche.

¿Quién podría sospechar que esta pequeña isla de aspecto simple, posee un rico pasado marítimo histórico relacionado al mediterráneo de las costas africanas y genovesas ? En 1769, contaba sólo 311 habitantes. Su población está sacada de los presidios de Argel y sobre todo de la antigua Tabarka en la Regencia de Túnez.

LA ANTIGUA TABARKA

En 1540, el pirata Dragut, navegando en las aguas de Córcega, fue atacado por las galeras genovesas de la familia Doria, aliada con los españoles. Hecho encarcelado y asignado al servicio de la familia Lomelini, obtuvo su libertad a cambio de la concesión de los ricos bancos de corales alrededor de la Isla de Tabarka.

Esta isla se sitúa cerca de la desembocadura de Oued-el-Kébir en Túnez. Los Lomellini instalaron allí a habitantes oriundos de Pegli y alrededores de Génova para explotar la concesión. El mismo año dos barcos, transportando a 50 personas hacían rumbo a Tabarka. El comercio del coral próspero, acabó luego por declinar. La isla quedó sin embargo muy ansiada.

En 1738, varios grupos de habitantes emigraron a la Cerdeña, en la isla de San Pedro y fundaron la villa de Carloforte. Fueron 156 familias, es decir 515 personas, las que dejaron la antigua Tabarka. [Ver también: Les Tabarquins de Tunis (1741-1799) - Revue Tunisienne 1943 ]

Deseando recuperar la isla, el Bey de Túnez organizó una expedición en 1741. La población reunida en la plaza de la marina fue desarmada, la bandera tunecina reemplazó la bandera genovesa, la iglesia fue saqueada. Ochocientas cuarenta personas fueron conducidas sobre las galeras y se volvieron esclavas del Bey de Túnez. Un tiempo más tarde, en 1756, los cautivos cambiaron de dueño y fueron trasladados en Argel.

Las relaciones que eran tendidas entre los musulmanes y los cristianos, las tentativas de mediación para recuperar a los esclavos efectuadas por el Estado de Génova y el de Cerdeña no tuvieron éxito. La situación va a mejorarse con la firma entre la España de Carlos III y Marruecos de un tratado de tregua y de comercio. Fue a través de Amet El Gacel, embajador de Marruecos en España, luego en Argel, que las negociaciones van a progresar. Un tratado de intercambio de esclavos fue firmado entre la regencia de Argel y los representantes del rey de España: el monje Fray Manuel Rozalen y el embajador El Gacel. Estaba previsto intercambiar a 1600 esclavos argelinos detenidos en España contra el mismo número de esclavos cristianos detenidos en Argel. Así como no había bastantes esclavos españoles en Argel, otros cautivos cristianos harían partido del lote de cambio. Así fue como los esclavos de la antigua Tabarka llegaron a ser liberados.

Don José Diaz de Veanez fue nombrado comandante de la expedición hacia Argel. Tres navíos, una fragata y otros barcos extranjeros fueron fretados. Durante los cambios, una tempestad forzó ciertos barcos a volver atrás, pero ya 859 cautivos cristianos estaban a bordo. A finales de diciembre de 1768, estos cautivos fueron desembarcados en Cartagena, pero ninguno era de Tabarka. Durante este tiempo, bajo la dirección del Padre Juan de la Virgen, los padres redentores, quedados en el mismo lugar, se apresuraron para los cambios y los rescates de esclavos esparcidos y que pertenecían a particulares.

Fue en el curso de la segunda expedición siempre encargada por José Diaz de Veanez que 315 Tabarquinos embarcados sobre los navíos San Vicente y San Teresa llegaron por fin a Cartagena en primavera de 1769. Estos Tabarquinos liberados fueron trasladados en Alicante en mayo de 1769 donde estuvieron alojados en la antigua Residencia de la Compañía de Jesús, antes su instalación en la isla Plana de San Pablo.

INSTALACION A NUEVA TABARCA

La isla Plana de San Pablo, reconocida "Nido de Piratas" en el siglo 18, era el lugar ideal para una población. Los antiguos cautivos, en su mayoría pesqueros, tenían descendencia allí. La isla fue renombrada Nueva Tabarca luego Tabarca como recuerdo de la antigua Tabarka, la tunecina. En esta circunstancia, un censo de población detallado estaba establecido [Censo de población en 1769].

Era necesario hacer acto de presencia en esta isla por razones estratégicas. Se nombró a un ingeniero, Fernando Mendez para hacer construir murallas y fortificaciones que protegerián el pueblo con calles rectilíneas, el Palacio del Gobernador, el Ayuntamiento y la plaza. Para necesidades religiosas construyeron un pequeño oratorio y la primera piedra de la iglesia fue bendita en diciembre de 1770. Un pequeño puerto pesquero existe siempre en la partida central la más estrecha de la isla.

Fuente de información : Vicente MARTINEZ MORELLA, Matricula de los Tabarquinos
José Luis GONZALEZ ARPIDE, Los Tabarquinos
Antonio BAILE,
Nueva Tabarca : Nido de Piratas


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Artículo Diario Información 14/02/2010

Tomás y Tano disfrutando del sol

REPORTAJE. INVIERNO EN TABARCA

Los últimos robinsones

Una veintena de personas, la mayor parte de ellas nacidas en la isla, viven todo el año en Tabarca disfrutando de su jubilación u ocupándose de alguno de los bares. En invierno la isla apenas tiene visitantes pero los lugareños la prefieren así, aunque asumen que el turismo es lo que garantiza su supervivencia.


ISABEL VICENTE. Todos conocemos Tabarca en verano. Playa, chiringuitos, gente por todos lados... Después llega el frío y los pocos habitantes de la isla, apenas una veintena repartidos en cuatro o cinco familias, se quedan solos disfrutando de uno de los parajes más bellos y sugestivos de la provincia.
Pasear por Tabarca un viernes de febrero es un placer y claro, con tanto mar, tanta luz y tanta paz apetece quedarse unos días con un par de libros. Unos días. Pero ¿vivir allí? Los pocos habitantes de la isla dicen que sí. Se está tranquilo, las vistas son inigualables y sale barato porque no hay donde gastar. Además prefieren la isla en invierno, y en general, parecen aceptar el turismo como un mal necesario para garantizar su supervivencia.
"Hace frío, y sólo nosotros viajamos en la lancha taxi que nos acerca a la isla". Vicente Baeza, uno de los encargados del servicio de transporte, nos cuenta que en el barco que ha salido una hora y media antes iban cuatro turistas. En invierno, apenas eso, alguna excursión organizada y poco más. Antes de salir esperamos que carguen tres sacos de cemento para las obras que se están realizando en el puerto, y dos cajas con comida para uno de los restaurantes de la isla. Así aprovechan el viaje. Ya en Tabarca, y nada más bajar de la lancha, encontramos a Toni, uno de los dos funcionarios del Ayuntamiento de Alicante que se encargan del mantenimiento. Ellos controlan el envío a Santa Pola de los contenedores de basura, limpian los jardines y reparan los desperfectos. "Yo nací aquí. Hay días que me quedó a dormir y otros me vuelvo a tierra, pero me gusta mucho la isla". En Semana Santa se espera que hayan acabado las obras del puerto. Entre tanto hay por allí una actividad inusual con material de obras y trabajadores que llegan de Alicante todos los días.
En el pueblo, sin embargo, la actividad de los obreros apenas se nota. Está tranquilo. Un grupo de una excursión llegada de Guardamar se reparte entre los dos bares que hay abiertos y el pueblo. Pronto se marchan y Tabarca vuelve a quedarse para los lugareños.

Apellidos italianos
Anita Chacopino regenta el restaurante que lleva su nombre. Mientras hablamos aparece, cargado con las cajas de comida que ha llegado con nosotros en el barco, su marido Juan Chacopino. Los dos tienen el mismo apellido "pero no somos familia", asegura Anita. No es rara en Tabarca la coincidencia. Apenas cuatro apellidos se reparten entre los vecinos, y muchos son italianos: Chacopino, Pianelo, Parodi, Manzanaro... todos descendientes de las familias genovesas con que Carlos III pobló la isla en el siglo XVIII. "Aquí estamos en la gloria", dice Anita, para añadir que "hemos vivido toda la vida aquí. Juan y yo nos conocimos de niños cuando vivíamos unas 600 personas en la isla y había tres colegios. Nos gusta, es tranquilo, es precioso y no hay coches, da libertad". Anita y Juan tienen tres lanchas y sus hijos viven en Santa Pola donde también ellos tienen un piso. "pero nos vamos a Santa Pola dos días y estamos inquietos. La vida nos gusta aquí. En verano tenemos mucho trabajo y en invierno abrimos si viene gente, y si no, pues no". Después de un café con leche vamos a ver a la enfermera que nos han dicho que vive en la isla y que atiende las necesidades de los vecinos. Ya ha cerrado el consultorio pero al rato la encontramos paseando por las rocas junto al mar. Se llama Eva y con sólo 23 años le pesa más la isla. "Tengo que vivir aquí porque la atención ha de existir las 24 horas del día". Es de Elche, lleva trabajando en la isla 3 meses y se aburre, aunque le queda poco ya que pronto otra enfermera le tomará el relevo. ¿Llega bien internet? "Pues, regular, depende de las zonas. Yo sí tengo un aparatito de esos que se conecta, y bien, y el resto del tiempo me dedico a leer, a pasear, a mantener el consultorio en condiciones y a cuidar a la gente", aunque con tan pocos vecinos, pese a que la mayoría son mayores, hay días que Eva no tiene nada que hacer. En verano sí hay un médico y entre tanto, ella atiende a la gente en un primer momento y si hay alguna urgencia "llamamos y en diez minutos tenemos aquí un helicóptero".
A la búsqueda de tabarquinos, entramos en el pueblo. Las calles se ven desiertas. Una señora, en batín, corre a su casa en cuanto nos ve. No parece tener ganas de hablar con periodistas. En la calle de la Iglesia no se ve a un alma aunque sí encontramos a un gato montando a una hembra en la puerta de una casa en la que, curiosamente se lee "Carpe diem" (aprovecha el momento) en un cartel. Ni que los gatos supieran leer... Frente a la iglesia de San Pedro y San Pablo tampoco hay gente, sólo decenas de los famosos gatos de Tabarca que conviven sin problemas con palomas y gorriones. Una pena lo de la iglesia, seis años de obras para rehabilitarla y luego se quedó a medias, y así sigue, con escombros y material de obra todavía en el suelo desde hace un par de años. De eso sí se quejan los tabarquinos que agradecerían un poco más de inversiones en la isla. También se quejan de las nuevas construcciones "que ya las podían haber hecho un poco más parecidas a las del pueblo".
En la plaza tampoco hay nadie. La mayoría de bares, los hostales, el centro de educación ambiental, el Ayuntamiento... Todo lo encontramos cerrado. Muchas de las casas tienen la puerta protegida con tablas o piedras. Es fácil imaginarse aquí unas semanas, y apetece. De pronto se nos cruza un niño en bicicleta lo que resulta raro. Es uno de los nietos de Anita y nos dice que no ha tenido colegio y que pasa aquí los fines de semana.

Vivir por gusto
Ya de vuelta cerca de la playa encontramos a Tomás y a Tano paseando. Tomás nació aquí pero durante muchos años vivió fuera. "Estuve doce años en Nueva York pero me volví". Dice que lo bueno que tiene la isla es vivir allí por gusto. "El problema es que nos han invadido. Con la declaración de reserva natural y los ecologistas, parece que quieran echarnos ". Tano cuanta que el único trabajo que hay en la isla es en la hostelería "y en las obras, como ahora en el puerto". Pescadores ya no hay "los había hasta el temporal del 80, luego ya no". A Tano también le gusta vivir en Tabarca "y si me aburro un día, me voy a Alicante, pero luego vuelvo". No le tienen miedo al mar "a veces impresiona, pero te acostumbras". Al fin y al cabo vienen de familias de pescadores. Como la mayoría de sus vecinos creen que cuando mejor se vive en la isla es en invierno "aunque el verano hace falta por el negocio".
Dejamos a Tomás y a Tano tomando el sol y encontramos a Ramón y Rafaela. Como muchos de los vecinos tienen su propia lancha y vienen de Santa Pola de hacer la compra. No es una gran distancia y en veinte minutos o media hora se cubre el trayecto.
En la hora del aperitivo vamos al segundo bar que encontramos abierto, el "Pirata Pata Palo", con Diego López al frente. Es de Almería aunque ya lleva dos inviernos en la isla. "Te tiene que gustar, pero no me imagino un lugar mejor para trabajar que con estas vistas". ¿Qué se hace aquí? "aquí tengo una casa y a veces me quedo porque es fantástico: tu paseo, tu lectura, corres por la isla, ver amanecer...Diego en invierno abre el bar sólo por las mañanas y a veces, como el viernes, vuelve a Santa Pola en la lancha de las dos menos cuarto. También regresa Dani Chacopino, familia de Anita y de Juan, dueño del restaurante "El tío Collonet", que nos recomienda para cuando volvamos en verano las espardeñas, una especie de navajas que se sirven a la plancha. Dani hoy no ha abierto el restaurante. "En verano es cuando se hace negocio. En invierno si hay gente se abre y si no, pues nada. Esto es así".